viernes, 14 de diciembre de 2018



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Análisis del libro ´´El Príncipe´´ de Nicolás Maquiavelo.
Para iniciar hablare sobre la vida del autor: Nicolás Maquiavelo fue un diplomático, funcionario, filósofo, político y escritor italiano nacido en Florencia, considerado padre de la Ciencia Política moderna. Fue asimismo una figura relevante del Renacimiento italiano. En 1513 escribió su tratado de doctrina política titulado “El Príncipe”, que fue publicado luego de su muerte en Roma en 1531.
Este libro consta de 26 capítulos en los cuales Maquiavelo plasma  las características de un buen gobernante. Para expresar de una forma más clara sus ideas en todo momento utiliza ejemplos de gobernantes de otras épocas explicando el porqué de su fracaso o de éxito.
Para realizar este análisis escogí las ideas que entiendo que son las más importantes, es decir, en las que a mi juicio el autor expresa de una forma más explícita las tácticas de las que debe hacer uso todo aquel que desea llegar y mantenerse en el poder. El libro inicia con una frase que dice: “Se conoce mejor el fondo de los valles cuando se está en la cumbre de la montaña”. ¿De qué forma aplica Nicolás Maquiavelo esta frase a su narración? Pues que para conocer bien la naturaleza de los pueblos hay que ser un verdadero gobernante.
Lo primero que se da a conocer acerca de los principados es que existen dos tipos principales de estos y cuáles son las formas más adecuadas para adquirirlos. Los tipos de principados son los nuevos y los hereditarios, la diferencia entre ellos radica en que los primeros se pueden adquirir por armas propias o ajenas, por suerte o por virtud, mientras que los segundos se adquieren cuando un familiar ha reinado en ellos desde hace mucho tiempo, lo que hace que estos sean mucho más fáciles de conservar, entonces ¿Por qué razón se hace más difícil conservar un principado nuevo? Según los planteamientos de Maquiavelo entiendo que para permanecer en el poder en este tipo de principado es preciso, en primer lugar, rodearse de personas que te ayuden a conquistarlo, no obstante esto tiene una desventaja, porque una vez que se estén el poder no se puede complacer a todos los que te ayudaron pero tampoco se pueden emplear medidas fuertes contra ellos, lo que provocaría que los mismos que te ayudaron a alcanzar la gloria sean los que causen tu ruina. El autor da el ejemplo de Luis XII, rey de Francia, que ocupó rápidamente a Milán y rápidamente lo perdió en manos de Luis Sforza, simplemente porque los pueblos que lo habían ayudado se vieron defraudados por el príncipe al este no satisfacer sus necesidades. En segundo lugar, para conservar un nuevo Estado, es preciso borrar las descendencias de sus antiguos gobernantes, sin embargo sus leyes y atributos han de permanecer intactos, además es necesario establecerse en el nuevo territorio para reprimir los desórdenes que viviendo lejos serían imposibles de evitar porque los males que se curan a tiempo tienen solución.
En tercer lugar, un príncipe nuevo que es sabio y prudente y quiera permanecer en el poder debe, según Maquiavelo, quitar las pertenencias a los viejos habitantes para dárselas a los nuevos, pues los viejos desposeídos no tendrán fuerzas para reclamar y los nuevos se quedarán tranquilos por miedo a que les suceda como a los viejos.
Otra cualidad propia de los príncipes sabios y prudentes es que deben entrar en el camino seguido por los grandes e imitar a los que han sido excelsos esto les ayudará a identificar las buenas oportunidades, porque un gobernante con las cualidades antes mencionadas debe sus grandes hazañas a saber aprovechar la ocasión propicia y no a la fortuna, porque como explica Maquiavelo en el capítulo VII titulado “De los principados nuevos que se adquieren con armas y fortuna de otros”, lo que se adquiere por fortuna solo por fortuna se conserva. Hace una comparación del Estado que surge por la fortuna con las cosas de la naturaleza que brotan y crecen precozmente y por tal razón no pueden tener raíces ni sostenes fuertes, lo mismo ocurre con este tipo de Estado. Otra característica de la fortuna es que se manifiesta donde no hay virtud preparada para resistirle y dirige sus ímpetus allí donde sabe que no podrán contenerla. Un príncipe que confía ciegamente en la fortuna perece en cuanto ella lo abandona pues los hombres solo serán felices mientras vayan de acuerdo con la suerte e infelices cuando vayan en desacuerdo con ella.
El capítulo VIII expone algo muy interesante que es lo siguiente: los que llegaron al principado mediante crímenes como Agátocles, que se convirtió en rey de Siracusa matando a sus ciudadanos más ricos y senadores. Sus malos hechos le ayudaron a alcanzar el poder pero no la gloria, ¿Qué busca el autor dejarnos dicho con esto? Que quienes llegan a ser príncipes por medio de la crueldad pueden o no permanecer gobernando, todo depende del mal o buen uso que se le dé y tal vez esto nos sorprenda y nos preguntemos ¿Cómo se le puede dar un buen uso a la crueldad? Dice Maquiavelo que las crueldades son bien empleadas cuando se aplican una sola vez y por absoluta necesidad, mientras que son mal empleadas las que aunque poco graves al principio antes crecen que se extinguen.
De la crueldad se puede decir que es preferible que todos los gobernantes sean tenidos por clementes que por crueles, pero como ya se dijo, la crueldad también pueden ser bien utilizada, a veces es preciso tener mano dura como César Borgia, que tildado de cruel le devolvió el orden, la unión, la paz y la fe a la Romaña, en cambio Florentino prefirió ser tomado por clemente y no por cruel y dejó destruir a Pistoya, entonces basándose en esta historia Maquiavelo plantea que un príncipe no debe preocuparse por ser tildado de cruel, siempre y cuando esa crueldad ayude a mantener a su pueblo unido y en paz, no obstante un príncipe debe ser capaz de adaptarse a las circunstancias; no apartarse del bien mientras pueda, pero en caso de necesidad que no titubee en entrar en el mal.
El capítulo IX lleva por título “Del principado Civil” y llamó mi atención al igual que el VIII, ya que en este el autor se centra en hacer comparaciones entre el pueblo y la nobleza manifestando los pros y contras de llegar al poder con el respaldo de alguno de ellos, entonces dichas comparaciones señalan lo siguiente: los nobles cuando no pueden resistir al pueblo contratan la autoridad en uno de ellos para poder dar rienda suelta a sus caprichos. El pueblo cuando no puede hacer frente a los grandes cede su autoridad a uno y lo hace príncipe para que lo defienda. El que llega con favor de la nobleza se le hace más difícil mantenerse porque todos los que les rodean se consideran sus iguales, en cambio el que llega con favor popular es única autoridad. Tampoco se puede satisfacer a los grandes sin lesionar a los pequeños, más se puede satisfacer al pueblo porque la finalidad de este es más honesta que la de los grandes, ya que este último busca oprimir mientras que el otro no ser oprimido.
Como se ha dicho anteriormente, el éxito de un príncipe depende mucho de quienes se hace rodear y es propio de cada Estado tener buenas tropas. Todo príncipe prudente prefiere pelear con sus propias tropas pues no es victoria verdadera la que se obtiene con armas ajenas, un ejemplo es la historia bíblica de Saúl que ofreció a David sus armas para que combatiera a Goliat, pero David las rechazó porque con ellas no podía sacar partido de sí mismo y prefería pelear con su honda y su cuchillo  y con ellos derrotó a Goliat, esta anécdota nos deja dicho que las armas ajenas o se caen de los hombros del príncipe o le pesan o le oprimen, así como sin milicias no hay principado seguro. Otra cosa que ayudará a mantener un principado es el estar prevenido; un príncipe aunque se encuentre en tiempos de paz debe siempre pensar en la guerra, haciendo de las actividades cotidianas situaciones que podrían presentársele en cualquier momento a un ejército. Maquiavelo hace esta sugerencia porque es defecto común de los hombres no preocuparse por la tempestad durante la bonanza.
En cuanto a los ministros del príncipe se dice que la primera opinión del juicio de un príncipe se funda en los hombres que lo rodean. Cuando se ve que un ministro solo piensa en sí mismo y solo busca su provecho esta clase de ministro debe ser evitada.
En este último capítulo del libro es una exhortación para liberar a Roma de los bárbaros, entre las pautas que  ofrece Maquiavelo están: rodearse de sus propias armas y organizar sus tropas, es por ello que se puede decir que todas las tácticas propuestas por Maquiavelo no son solo para presentar cuales son las cualidades que debe tener un príncipe sino también con el objetivo de encontrar a un gobernante que reúna o cumpla con todos los requisitos por él señalados para que le pueda devolver a Roma su libertad y el esplendor arrebatado por los bárbaros.
En mi opinión puedo decir que este libro me permitió comprender un poco más del pensamiento político de la época y compararlo con el actual, aunque en este caso el autor se refiere a los principados, que era el modo de gobierno más común de entonces, gran parte de lo que él plasma en esta obra coincide con los sistemas de la actualidad. Él explica perfectamente cuales son todas las prácticas en las que todo buen gobernante debe incurrir y hoy en día vemos que son prácticas muy comunes entre quienes están encargados de dirigirnos, mientras que todo lo que él propone como adecuado difícilmente lo percibimos en nuestros políticos, pero también hay otras acciones que él las propone como beneficiosas para los príncipes pero que perjudican al pueblo y por supuesto que también son muy comunes en la actualidad, una de estas prácticas es quitarle a unos para darle a otros.
En el capítulo XXII Maquiavelo resalta la importancia de saber elegir bien a sus ministros, si comparamos esto con la política actual nos daremos cuenta que nuestros dirigentes hacen todo lo contrario a lo propuesto por el autor porque hoy en día los puestos dentro del gobierno no se ganan por la capacidad ni las virtudes de la persona, sino que mayormente estos puestos se otorgan a cambio de favores o de la mistad que exista entre los involucrados, esto se conoce como clientelismo político, otra práctica muy usual es el proselitismo porque los políticos necesitan tanto de los ricos como de los pobres pues con la ayuda de los primeros oprimen a los últimos pero con la ayuda del pueblo es que pueden alcanzar el poder gracias a los regalos y las falsas promesas, porque como explica Maquiavelo en el capítulo que trata acerca del modo de cumplir las promesas: “aquel que engaña siempre encontrará quien se deje engañar”,  este mismo aspecto  vemos como con las mismas falsas promesas y regalos mantienen a las masas controladas, pues en vez de crear fuentes de trabajo para que las personas salgan adelante por sí mismos prefieren obsequiar cosas, ya sea dinero, comida, medicinas, etc., porque esto en parte les garantiza su estadía en el poder, ya que hacen que el pueblo siempre los necesite, tal y como escribe el autor en el capítulo IX, “ un príncipe debe buscar que los ciudadanos siempre necesiten del Estado y de él”. Consideró que estas acciones realizadas a diario en nuestro país son las que contribuyen a que nuestros ciudadanos de clase baja no puedan ascender de posición porque ellos en su ignorancia piensan que los están ayudando y en realidad lo que están haciendo es contribuyendo a que sigan siendo cada día más pobres con el objetivo de que siempre necesiten de ellos.
En lo personal puedo decir que haber leído este libro me ayudó mucho a saber cómo manejar situaciones que pueden presentárseme en vida personal especialmente laboral porque “El Príncipe” a pesar de que fue escrito con fines políticos también ofrece buenas  pautas para ser un buen líder y cómo saber manejar las dificultades que puedan surgir, lo esencial es ser precavido, prudente y rodearse de personas como dicen que le sumen y nos que le reste buenos  aporten a nuestra superación.

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